martes, 13 de junio de 2017

Histeria II

Histeria. II

Es de entender, que aquello no duraría mucho, menos aun al ritmo que desaparecía el poco dinero del que disponía, en el negocio familiar, las cosas empezaron a cambiar, se le corto la libertad de poder hacer y deshacer a su antojo y su antojo no era otra cosa que su adicción.

Su única prioridad en la vida durante un largo tiempo, fue el alcohol.
Todo lo que conseguía, todo, lo invertía en alcohol.
Cada día que pasaba, necesitaba mas cantidad, cantidad de alcohol, cantidad de dinero.
Llego un momento en que en su realidad se encontró solo, sin familia, sin trabajo, sin amigos, solo el y su alcoholismo. Toda ayuda exterior, era para el, estar en su contra. El se sentía capaz de solucionar todos sus problemas, pero siempre recurría al consumo para intentar solucionarlos, con lo cual volvía al pozo del que nunca lograba salir.
Su hogar, ya no era su hogar, era un sitio con gente extraña, que le hacían reproches constantemente.
En su trabajo pasaba exactamente lo mismo.

Pasaba mas tiempo en la calle que en cualquier otro sitio, ya no recurría a los bares, la gente lo miraba de una forma que a Federico no le gustaba.
Paso a suministrase en los pequeños mercados algo alejados de su barrio, siempre con discreción, compraba cuando tenia dinero, lo robaba cuando no lo tenia y su abstinencia podía mas que el.
Paso de ser una persona respetada y pudiente a ser un desecho de la sociedad.
Una sociedad que te ofrece la droga mas dura, bien vista socialmente, una droga que te lleva a lo mas bajo que puede llegar el ser humano y luego una vez jodido, esa misma sociedad te da la espalda. 
  

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